Para ello se planto una carrasca, símbolo de Aragón, en nuestro Municipio y se coloco una placa conmemorativa
Desde enero hasta finales de febrero de este año, las noticias de los medios de comunicación nos hablaban de un virus que afectaba de forma desconocida a la población. Entonces nos parecía una noticia de "Telediario" que estaba ocurriendo en lugares remotos, muy lejos de nosotros, y cuyo interés se circunscribía a ver como evolucionaba en el siguiente telediario. No nos dimos cuenta que hoy, para lo bueno y para lo malo, no existen lugares remotos donde lo que pase allí, no nos interesa ni afecta a nosotros.
Pronto vimos que el virus tocaba a personas en nuestro país, primero algunos casos de quienes habían viajado recientemente, y que por ello todavía parecía no nos afectaría. Enseguida los hechos nos sacaron del error y vimos como el contagio, una vez empezado, se convirtió en imparable. Empezamos a conocer más y más casos afectados, muchos lejanos, pero ya alguno más cercano a nosotros, y cuando nos dimos cuenta de la envergadura del problema, vimos como la vía de agua nos drenaba, se nos llevaba vidas de más y más personas, la mayoría personas mayores indefensas ante el virus. Reaccionamos, y hemos hecho uno de los mayores esfuerzos colectivos que se conocen en la historia, y gracias a ello, hoy podemos empezar de nuevo a retomar algo de la normalidad perdía.
Sin embargo, en esta normalidad nos faltan muchas personas que no han podido superar la enfermedad: en el mundo más de 480.000 personas han fallecido, en Europa más de 190.000, y ya en España son más de 28.000, y en Aragón más de 900 los que nos han dejado. Dentro de nuestra comarca del Alto Gallego, también demasiadas vidas, de personas cuyos nombres nos pueden ser más cercanos, se han ido antes de tiempo.
No podemos, ni debemos, ni queremos, re-embarcarnos de nuevo en el viaje rutinario de la vida, sin dedicar un recuerdo a todas esas personas que no han podido superar la enfermedad. Nos sean cercanas o no, se lo debemos a todos ellos, y nos lo debemos a nosotros para que salgamos con un compromiso renovado que nos haga avanzar como humanidad, con una referencia nítida a todas estas personas cuyas vidas has sido truncadas por el virus.
Esta carrasca que hoy plantamos pretende ser esa referencia, ese recuerdo permanente, y al mismo tiempo vivo, a todos ellos. La veremos crecer, y en ella veremos la fuerza de las vidas de todos, ellos y nosotros, haciendo lo que como sociedad nos reclamarían, hacer un mundo mejor para todos"
